Mucha gente dice que Japón está muy lejos. Que hay otros sitios muy dignos de visitar mucho más cerca. Y no les falta razón. Ir hasta el país del sol naciente son muchas horas de transito y angustia en avión. Primero por que no hay ningún vuelo directo desde España, y segundo, por que no hay quien se aguante las ganas de llegar por fin.
Cuando uno es nuevo y está lleno de ilusión, hace algunas tonterías. Yo hice dos, por un lado no me preocupé en absoluto por qué vería allí (la verdad es que me dejé llevar por falta de tiempo para prepararlo por mi cuenta), y por otro lado, a las horas de avión que tenía por delante le añadí el encontrarme con el grupo en Madrid, lo que supuso un extra desde Bilbao.
Así pues, en mi caso concreto el día empezó madrugando debido a que el único que podía acercarme al aeropuerto era mi hermano, que es quien más tarde entraba a trabajar en la familia. Con dos horas y media de antelación, la primera espera en el aeropuerto fue solitaria.
Mi primer vuelo de tres fue con Iberia en un DC-87, habitual en el recorrido. Lo realmente sorprendente fue que todo salió bien. Recalco esto de este primer vuelo, por que para mi era el más importante. Al tener un billete independiente al resto del trayecto, cualquier problema de retrasos o pérdida de maletas hubiera supuesto para mí que el siguiente vuelo no se hiciese responsable del percance anterior. Por eso cogí el vuelo con mucha antelación.
Casi de estreno por la recién inaugurada T4, con la maleta y respirando tranquilo por estar en Madrid, me encontré con Antonio Guerra, mi compañero de viaje, a quien era la primera vez que estrechaba la mano después de muchas experiencias compartidas a través de Internet. Poco a poco nos agrupamos con el resto de la gente que viajaremos a Ámsterdam desde ahí. Si el primer vuelo fue a las 10:15, el segundo fue a las 16:20, como he dicho antes, con tiempo de sobra. Y es durante este segundo vuelo donde el viaje torna emoción. Con todo el pasaje embarcado en el A320-200 de Iberia, nos comunican que falta una persona, y tendrán que sacar sus maletas (a la par que perderemos el turno de despegue). Una hora más tarde por fin despegamos, con medio pasaje nervioso por no perder su conexión con el vuelo a Narita, ahí ya íbamos justos.
Por fin en Ámsterdam, nos pusieron a un azafato del aeropuerto a la salida del avión y corriendo, nosotros, los japoneses que vuelven a casa, y otros españoles recorrimos la Terminal de un extremo al otro viendo pasar los aseos y la zona de fumadores.
En unos minutos y sin apenas darnos tiempo a pensarlo, ya estábamos pisando suelo japonés. Vale, era un Jumbo de JAL, pero oficialmente era Japón...
お早う - ohayou - buenas mañanas
今日は - konnichiha - buenos días
今晩は - konnbanha - buenas noches
De japon2006 |
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