Pero nuestro objetivo es la playa. Aunque como hoy no hemos madrugado, llegamos a la hora de comer (el tren normal hace demasiadas paradas a través de un recorrido costero sinuoso). Con el buche lleno, invadimos por fin la abarrotada playa, y sus amansadas aguas (han colocado un rompeolas).
De japon2009 | De japon2009 |
Entre risas, chapoteos y castillos, Gorka (quien sí ha venido finalmente), intercepta un panfleto japonés (que no habían querido repartirnos, suponemos que en la idea de que no nos íbamos a enterar de nada) en el que se anuncia una sesión de fuegos artificiales ahí mismo.
Será mejor que no cuente la hora a la que llegamos a Tokio de vuelta, ni que casi nos quedamos allí sin trenes, agotados, pero contentos. Con tiempo de dormir lo justo antes de volver a casa a la mañana siguiente :-(
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