Volver de unas vacaciones siempre es duro, pero parece que este año el síndrome post-vacacional ha querido cebarse especialmente conmigo. Conseguí contar casi todo mi viaje de este año “on-line”, a excepción de los tres últimos días, en que claro, aproveché al máximo mi tiempo para cerrar temas y disfrutar de Japón “hasta el año que viene” (espero).
Ya de vuelta en casa, los días que me quedaban de vacaciones me los tomé de relax ajeno a las sorpresas que me deparaban los siguientes meses, y que me han tenido totalmente apartado de este blog (y otras excentricidades).
Por un lado, la vuelta al trabajo efectivamente ha sido como esperaba... dura. Afrontar en 22 laboratorios y más de 300 máquinas, que todo se ponga y conecte desde cero (hubo que desmontarlo todo debido a la obra integral que ha sufrido el edificio) tiene miga. Luego claro, la reorganización de las salas conlleva nuevas imágenes de los diferentes sistemas operativos, y su recuperación en cada máquina. Además hemos cambiado la versión de Linux, que siempre tiene sorpresillas. Y todo en un tiempo record, porque la obra (como no podría ser de otra manera) se retrasó.
Contra reloj, y con mucho esfuerzo físico, a los fallos que van apareciendo de la obra (el arquitecto y el ingeniero han tenido en cuenta lo que han querido, que desde luego no coincide con las necesidades a pie de aula) se suman el disgusto de la muerte de mi abuelo paterno mediado septiembre. Era un trago que si bien es duro, he podido tragar porque lo vi venir.
Lo que no he visto venir, y ha terminado de torpedear mi tocado estado psicológico (por toda la carga que se había acumulado), es la jugada que me han hecho respecto de mi traslado, y por la cual han entregado la plaza que yo esperaba en Bilbao (10 minutos de bicicleta y 2 laboratorios, en vez de 80 minutos de coche y 22 laboratorios) a una persona que han metido fuera de los procesos selectivos públicos y por delante mío, en la bolsa de personal de la que nos contratan o trasladan.
En fin, que si el agotamiento físico no era suficiente, estoy agotado psicológicamente, y enfollonado con el abogado para reclamar lo que me han robado. Pero espero reponerme, recuperar poco a poco el ánimo como para seguir sin prisas con este blog, y juntar las ganas necesarias para afrontar con la mejor sonrisa las cosas buenas que me han planteado para las próximas semanas. 2010 será otro año.
Un saludo a todos.
5 comentarios:
A que me imagino una de las propuestas...
SPA + Masajes + Txuleton = Nos queremos un montón a nosotros mismos.
mmm, digamos que vas bien encaminado.
el día que te devuelvan lo tuyo lo festejaremos
Salu3
Kepa mucho ánimo, las despedidas siempre son duras ........ y por otro lado a luchar por lo que es tuyo, descansa todo lo que puedas y recuperate poco a poco, sin prisa pero sin pausa, el tema del abogado no lo dejes total el No ya lo tienes y por lo menos que el enchufe del trlifásico no se quede tan tranquilo. Un besazo y nos vemos pronto....
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