jueves, 29 de octubre de 2009

21/08/2009 – Despedida y ocio

Si ayer terminamos las clases en la academia, hoy nos toca el “examen”. Bueno, nos debería tocar el examen, pero en vez de eso, han invitado a varias japonesas para que hablen con nosotros. Tenemos que hacer una pequeña presentación sobre nosotros y nuestros países, antes de repartirnos en grupos para “jugar” con el tablero de preguntas y pruebas que preparamos ayer.

Las invitadas también se presentan, cuatro amas de casa, muy animadas e interesadas en Europa (todas habían visitado el “viejo continente” e incluso nos expresaron su interés por volver) y una universitaria, pendiente de hacer un intercambio con EEUU.

Ciertamente, todo un reto para nosotros (peor que un examen en realidad), del que yo creo que salimos bastante bien parados. Con los posters que habíamos preparado, las presentaciones fueron rodadas, y con el tablero para la segunda parte del encuentro, no quedaron excusas para no hablar.

La nota de color, la pusieron las pruebas físicas (a modo de castigo) que rondaron varios tableros. En esos momentos, todas las charlas se paralizaron para ver al “castigado” en acción.

De japon2009

Al final conseguimos nuestro premio, en forma de diploma por el curso que hemos hecho. Vale, no es mucho, pero da cierta ilusión tener papeles “oficiales” en japonés, con su sello y tal.

La verdad es que me lo he pasado muy bien en este curso, pese a los miedos y reticencias iníciales. El grupo ha funcionado muy bien, y las profesoras han conseguido animar las clases, rompiendo el hielo cada día… Quien lo diría de unos japoneses que todo el mundo tiene por tan serios. Sólo le falta que sean más horas, y que yo pueda estudiar más el vocabulario.

Para el domingo hemos quedado en ir a la playa, pero antes del “hasta luego”, al grupo se unen varios menos habituales para ir juntos a comer. Lo siguiente es pasarse emails, fotos, etc.

De japon2009De japon2009

Aunque hemos procurado quedar por la tarde, al final cada cual aprovecha sus últimas horas de una manera, pero el grupo de “mayores” del que formo parte resiste unido con la incorporación de Frank, de quien por fin hemos sabido que es el mayor del grupo. Así por tanto, Frank, Aydin, yo mismo, y Gorka (por orden de edad), recorremos Kabukicho (el barrio más peligroso de Tokyo según Akira) hasta la noche. Billar, bolera, cenota… Nos hemos puesto en marcha tarde, pero ha dado tiempo a reírnos, charlar y tomar unas cervezas (los que han gustado de tomarlas). Ha sido la única tarde libre de Frank, pero creo que hemos conseguido formar un grupillo interesante. Lástima que se terminen nuestros días.

lunes, 26 de octubre de 2009

Meses de ausencia

Volver de unas vacaciones siempre es duro, pero parece que este año el síndrome post-vacacional ha querido cebarse especialmente conmigo. Conseguí contar casi todo mi viaje de este año “on-line”, a excepción de los tres últimos días, en que claro, aproveché al máximo mi tiempo para cerrar temas y disfrutar de Japón “hasta el año que viene” (espero).

Ya de vuelta en casa, los días que me quedaban de vacaciones me los tomé de relax ajeno a las sorpresas que me deparaban los siguientes meses, y que me han tenido totalmente apartado de este blog (y otras excentricidades).

Por un lado, la vuelta al trabajo efectivamente ha sido como esperaba... dura. Afrontar en 22 laboratorios y más de 300 máquinas, que todo se ponga y conecte desde cero (hubo que desmontarlo todo debido a la obra integral que ha sufrido el edificio) tiene miga. Luego claro, la reorganización de las salas conlleva nuevas imágenes de los diferentes sistemas operativos, y su recuperación en cada máquina. Además hemos cambiado la versión de Linux, que siempre tiene sorpresillas. Y todo en un tiempo record, porque la obra (como no podría ser de otra manera) se retrasó.

Contra reloj, y con mucho esfuerzo físico, a los fallos que van apareciendo de la obra (el arquitecto y el ingeniero han tenido en cuenta lo que han querido, que desde luego no coincide con las necesidades a pie de aula) se suman el disgusto de la muerte de mi abuelo paterno mediado septiembre. Era un trago que si bien es duro, he podido tragar porque lo vi venir.

Lo que no he visto venir, y ha terminado de torpedear mi tocado estado psicológico (por toda la carga que se había acumulado), es la jugada que me han hecho respecto de mi traslado, y por la cual han entregado la plaza que yo esperaba en Bilbao (10 minutos de bicicleta y 2 laboratorios, en vez de 80 minutos de coche y 22 laboratorios) a una persona que han metido fuera de los procesos selectivos públicos y por delante mío, en la bolsa de personal de la que nos contratan o trasladan.

En fin, que si el agotamiento físico no era suficiente, estoy agotado psicológicamente, y enfollonado con el abogado para reclamar lo que me han robado. Pero espero reponerme, recuperar poco a poco el ánimo como para seguir sin prisas con este blog, y juntar las ganas necesarias para afrontar con la mejor sonrisa las cosas buenas que me han planteado para las próximas semanas. 2010 será otro año.

Un saludo a todos.